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domingo, 12 de mayo de 2013

El Mito del Prestigio

El prestigio es un mito. Se que estoy empezando por lo que usualmente es la mitad de un articulo, pero debo sacarme esa idea de la mente antes de poder seguir, de poder elaborar. El prestigio es un mito. Bueno, no es tanto un mito como una horrible idea (eso de que las cosas son tan reales como tanto crea en ellas la persona vuelve al prestigio una realidad). Es una horrible idea que vista desde un punto de vista critico no debería de ser.


Un poco de exposición. Me estaba dando una ducha para irme a la cama limpio. Durante susodicha ducha pensé en el día de trabajo que me espera mañana. Básicamente un día de trabajo completo, saliendo a las 10 de la noche de la oficina. Esa idea siguió en cascada junto al agua hacia terrenos más teóricos. Me llevo la mente hacia las desigualdades que sufren los que trabajan a un nivel menos especializado. Los obreros, los oficinistas, los campesinos. Todos ellos se verían (no solo en República Dominicana, sino en el mundo) en una mejor condición de vida si no estuvieran atados por varios factores socioeconómicos, uno de ellos lo que de repente me dio con llamar “Mito del Prestigio”.


La idea es más o menos sencilla. La persona promedio rechaza la noción básica de lo que es un modelo socialista/comunista. Aparte de las razones de adoctrinación ideológica, se les suma el hecho de que el individuo ve como injusto dar un mismo status social a personas de diferentes antecedentes educativos. En palabras llanas, la clásica frase de “Yo no me voy a fajar a estudiar 6 años de medicina para cobrar lo mismo que un campesino”.


Esa es una idea que me intriga, ya que supone varios argumentos que no me convencen de lleno. Está la idea subyacente de que el esfuerzo intelectual es de alguna manera más intenso y meritorio que el esfuerzo físico y moral. En la comparación anterior (un medico y un campesino) el esfuerzo académico/intelectual del medico generalmente se ve como superior, ignorando que durante ese mismo tiempo el campesino no solo hacia el esfuerzo físico de su labor diaria, sino el esfuerzo moral de mantenerse en el campo cumpliendo su trabajo en vez de buscar fortuna en algún otro medio.


Mientras el uno salva cientos vidas, el otro da de comer a miles. No trato de insinuar que perseguir una educación superior sea malo (todo lo contrario, es un esfuerzo encomiable), lo que trato de decir es que al final del día ambos son igualmente importantes en el entretejido de una sociedad humana avanzada. Al punto que llego es que esta superioridad, este prestigio asociado a las labores especializadas hace más daño que bien.


Esto es bastante difícil de eliminar, más en una nación como la nuestra, en la cual los títulos; sean educativos, militares u honoríficos, son preponderantes. ¿Será acaso posible eliminar a los “Dr.”, “Ing.”, “Col” y “Sen.” del frente de los nombres de las personas? ¿Permitirá acaso un diputado, o un general, que se le llame como a cualquier otro?


No me engaño, lo dudo mucho. Pero es mi artículo y me puedo permitir fantasear. Eliminar los títulos del frente de cada quien. Dar igualdad de tributo al obrero y al ingeniero. Ir más allá. Eliminar la creación de “profesionales” en las instituciones educativas. Dar mejor un énfasis en la formación de personas, todas iguales en calidad de formación y respeto hacia en humano. Dejar la noción tonta del prestigio del titulo, del diploma, que supone suficiencia y autoridad.


Después de eso cerré la ducha. Me sequé. Corrí, inspirado hacia la computadora. Empecé a escribir.


“El prestigio es un mito. Se que estoy . . .”

miércoles, 27 de junio de 2012

El Evangelio según la vecina.






La religiosidad dominicana ha sido siempre un rejuego de altibajos. Desde presidentes sacerdotes y concordatos con dictaduras, hasta proselitismo multimedia. La religión, su comprensión y las ideas que se forman en la sociedad local han sido un aspecto primordial en la generación de una identidad dominicana. No solo catolicismo dogmático, sino protestantismo, vudú y todo tipo de sincretismos. Todas estas una parte fundamental de lo que es "ser dominicano".

Lo que si puedo decir con suma franqueza es que no se si todo esto ha sido para bien.

No me tomen a mal. Soy católico practicante hasta los limites que me permite una vida ajetreada de ciudad. Pero creo que existe un problema con nuestra religiosidad. Es, en verdad, un problema que existe con la religiosidad en todo el mundo. Pero mi blog no es de todo el mundo. Mi blog es de aquí. El problema es que vivimos una religiosidad excluyente. Una religiosidad que no admite crecimiento del individuo. Me explico.

La religiosidad local viene muy cargada de un aspecto racial. Fue, y para muchos, aun es, lo que nos "hace mejor" que los vecinos del otro lado de la frontera. Un "catolicismo puro" libre de toda mácula dogmática. Sin saber que gran parte de la creencia dominicana nace de la tradicion local. O sea, practicamos un catolicismo muy cargado de sincretismo. No digo que eso sea malo, en verdad no lo es. Es algo bueno. Lo que si es malo es pensar que se es mejor que el vecino por practicarlo.

En la modernidad, esto ha sido en gran parte reemplazado por el protestantismo que se afana en "eliminar tradiciones" y acogerse "solo a la biblia". El problema en ese caso es que una creencia libre de tradiciones es una creencia artificial, un trasplante de las necesidades centro-europeas del siglo XVI en medio del caribe contemporáneo. Al final, ambos grupos, católicos y protestantes, solo logran alienar al otro cada vez más, causando una ruptura no solo religiosa, sino social. Separando y causando enemistades improductivas en gentes que deberian trabajar juntas, no separadas.

Lo verdaderamente penoso es ver como solo se ponen de acuerdo ambos grupos en temas como el control migratorio y la intolerancia sexual. Temas tan improductivos como hipócritas. Improductivos porque la sociedad necesita educación, no más represión. Hipócritas porque todas las denominaciones se han hecho más poderosas y ricas con los inmigrantes. Sin hablar de que la intolerancia sexual es un chiste de mal gusto, con tantos casos (de parte de ambas denominaciones) de religiosos sexualmente abusivos.

¿Qué logra esto? Logra que, aunado a la eterna injusticia política dominicana, miles de nacionales y inmigrantes busquen "soluciones rápidas" religiosas. Honestamente, ¿ustedes han visto el atraco que es una iglesia Pare de Sufrir? ¿Con la desfachatez que le quitan el dinero a la gente? ¿Ustedes saben por qué la gente se deja? No se dejan por brutos; ni al bruto le roban así. Se dejan porque sus otras opciones solo le venden decepción e intransigencia. Se dejan porque el mensaje va ya digerido y dulce a sus bocas. No lleno de la velada amargura católica ni la soberbia fundamentalista protestante.

¿Es mala la religión? No, creo que no lo es. Se puede lograr mucho bien para el individuo con una firme creencia. Malo es cuando creemos que esa creencia nos hace mejores que los demás, cuando deja de estar al servicio de ese individuo. Si nota, hay muchas ideas entre comillas en este articulo. Es que en materia de religión, hay mucho que leer entre las letras. Para dejar entonces, las cosas claras, comprendan que Dios es de todos.

Dejen de creerse que solo ustedes lo conocen bien.

martes, 26 de junio de 2012

El amor después del cólera.

El amor es el tema favorito del ser humano. Es imposible que pase un solo día sin que escuchemos historias, alegres o tristes, de grandes o terribles amores que se gestan cual semilla al viento. Parecería ser el amor algo universal, una fuerza que rodea a todo y a todo lo vuelve sencillo y bello. Pero no es así en la practica del hombre. Aun siendo lo que más perseguimos, es lo que menos conseguimos. Es extremadamente esquivo y misterioso para ser algo de lo que tanto se ha escrito y hablado a través de los milenios.

El problema yace en que además de de ser objeto de adoración, el amor también lo es de escepticismo. Nada causa más duda que el supuesto amor; más suspicacia. Podemos creer en muchas cosas, pero un amor exótico nos parece alienigena. Amor, verdadero puro y fiel, lo vemos como una jugarreta del menos aceptado de los dos miembros de la pareja. O también una descalificación de ambos miembros de la pareja. Porque, creemos todos en el amor, pero que mal miramos a la pareja gay, o interracial. El pobre siempre esta buscando escalar posición y el pudiente busca placeres desconocidos para la gente de su clase. ¿De dónde viene este planteamiento, tan generalizado y aceptado? ¿La raíz europea nos estará afectando una vez más?


Lo único que puedo decir es que la propia existencia nacional es evidencia de que el amor entre parejas extremadamente diferentes no solo puede, sino debe ocurrir. Me criticaran algunos, pero República Dominicana se debe como país al amor expreso entre dominicanos y haitianos. ¿O de dónde creen que salieron 8 millones de mulatos en este lado de la isla? Observen las poblaciones anteriores al 1821. Ahora, observen las poblaciones desde el 1844. ¿Ustedes creen que todos esos muchachos salieron de la nada? No salieron de cientos de miles de violaciones. Salieron de miles de relaciones amorosas. El estigma que sufre el dominico-haitiano, aunque no tan verbal como antes, sigue siendo una constante en nuestra sociedad. Antes de que me digan que no, pregúntense: ¿me he enamorado de alguna otra raza, o una clase considerada inferior a la mía? ¿Al menos encuentro atractivas a estas personas? Si tu respuesta es sí, felicidades. Si es no, ¿qué te ha detenido?


A ver cuantas cosas malas
encuentras en esta pareja. . .
Si, aun con todas estas limitantes es verdadero el amor entre las razas, tan ajenas las unas a las otras como lo son a veces. Si, puede una persona de un país del primer mundo ser correspondido con fidelidad por la pareja tercermundista; o un nativo rico a un inmigrante pobre. La evidencia esta en cada niño negro de ojos verdes. Cada morena de pelo lacio. Pensar que cada relación que existe nace del materialismo es un prejuicio bruto y malicioso. Es más, iré un paso más adelante y diré que aun existiendo un materialismo de base, el amor puede nacer de cualquier relación. Durante siglos casi todos los matrimonios fueron de esa misma manera, por conveniencia. Pensar que todos los matrimonios a través de la historia eran relaciones abusivas e infelices es una fantasía antipática.

Tal vez tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos. Tal vez es que el amor no es nada místico. Es mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio, para poder dar cabida a otro individuo dentro de uno mismo. No es una maravilla, es un profundo cambio en el cual una persona debe ser lo suficientemente madura como para dejar de existir como individuo y convertirse en sociedad. Si ves el amor como una fantasía de cuento de hadas, entonces no me sorprende que no quieras ver a la princesa con el oscuro extranjero.

Ahora, si entiendes lo difícil que es vivir y más aun amar, ¿qué más da si tu pareja es negra, pobre o de tu mismo sexo? Ya estás haciendo la parte más complicada.

lunes, 25 de junio de 2012

In The Pendiente

¿Somos independientes?

¿Cuándo te levantas por la mañana, piensas en ti, solo en ti, y en como debes reparar en solo tu existencia todos los problemas? ¿No piensa en familia, amigos o acreedores? ¿Eres independiente de toda influencia, libre para elegir sin que nada o nadie influya en tu decisión? Si lo eres, entonces felicidades, tu apatía por el genero humano es indudable y completa. ¿Pero, si esto no lo es, que es entonces la independencia; la libertad? ¿Es simple autodeterminación? ¿Qué es la independencia a un nivel sociopolítico? Si un individuo no puede existir si no es en comparación y relación con otros individuos, ¿cómo podemos decir que una nación es independiente?

No independencia a la gringa, que es estar cómodo en una habitación y poder dedicarte a no hacer nada. No la independencia de norcoreana, orgullosa pero hambrienta. No la independencia china, vendiendo la sangre de sus gentes para el engrandecimiento de un partido desfasado. Ni tampoco la independencia dominicana, atestada de mártires y héroes pero de pocos hombres y mujeres. Hablo de independencia completa, independencia total.

A mi parecer, la independencia no solo depende de una capacidad de autodeterminación, toma de decisiones y capacidad de sustento. La independencia se logra cuando todos los individuos en un circulo social (o una extrema mayoría representativa, para los que no gustan lidiar en absolutos) pueden mantener un nivel mínimo de vida a la misma vez. Los baluartes heroicos son inconsecuentes. Los hitos nacionales solo útiles hasta el punto en que sientan precedentes. No nos podemos llamar a nosotros mismos libres o independientes mientras parte de nuestro ente personal este disminuido. Por ente personal me refiero a todo lo que nos afecta. ¿Qué es todo lo que nos afecta? 

Pues, todo.

Hablo de igualdad, porque, honestamente, ¿de qué le vale a un niño de la calle que su nación no sea tributaria a otra si el es tributario al hambre? Los héroes de cualquier país son bronce envejeciendo en cualquier plaza si no están al servicio de aquel que puede menos. La autodeterminación de un solo individuo es grandiosa, pero en nuestra sociedad, depende aun mucho del autoritarismo. Que puedas comprar esos tenis es muy bueno, pero tu derecho a hacerlo depende en parte del "derecho" de un patrón a pagarle una miseria a algún niño en Malasia. Así que, no solo es que tu puedas darte el lujo, sino que tu lujo no dependa de la miseria de tu hermano. Que cuando haces algo, todos los demás lo puedan hacer. No puedes tener libertad sin un marco de referencia. Un solo individuo libre termina siendo un imperio, o una dictadura. 
Duarte como me gusta, sin
el peinado de superheroe.
Por eso a nivel nacional es tan importante inculcar un amor a lo correcto más que a lo "patriótico". A la justicia más que a la ley. Al que no sepa la diferencia entre ambas, que sepa que la justicia rescata y la ley apresa. No crean que no aprecio lo nacional. Creo que una identidad racial y nacional es importante. Saberse parte del grupo es un sentimiento bello. El problema nace cuando se hace juicio de valor a través de ese sentimiento. Lo nacional es bueno, pero solo hasta donde le haga bien al humano.

¿Somos independientes? Aun no, no lo creo, pero tenemos el deseo de serlo. Tenemos el deseo, como pueblo humano, de que todos estemos bien, de que todos podamos compartir una igualdad sencilla y sin vítores. Lo único que nos falta es saber por donde empezar. Tener consciencia. No solo es lo bueno para mi, es lo bueno para ti y para mi. Es lo bueno para el más miserable hijo de Dios hasta el más rico hijo del Diablo. Igualdad. No solo de derecho, el derecho es algo que se sabe. Es, por sobre todo, igualdad de acción.

Y la acción es algo que se hace.