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domingo, 28 de octubre de 2012

In Apostolatis Culmine


Tengo mucho tiempo que no voy a misa. Mi madre me ofreció acompañarla hoy, pero me quede aquí en casa, vestido de internauta, tendido en mi habitación. No es raro que no vaya. Es más la norma que la excepción. Solo tiendo a ir en ocasiones donde todos tememos la soledad existencial: bodas y funerales.

Lo bonito del caso es que me considero firmemente católico. No me atrae ninguna otra religión ni ninguna otra denominación cristiana. El argumento ateo no me convence y el agnosticismo me parece sofista. A diferencia de muchos, no me molesta la tradición ni el ritual romano. Tampoco me molesta el sincretismo local.

Tengo imágenes de santos, invoco a la Virgen María, me gustan las iglesias grandes y no me molesta que el Vaticano sea de oro y mármol.

¿Por qué entonces no soy mas activo en mi fe?

No creo que la institución del catolicismo sea mala. Considerarla así me haría considerarme a mi mismo y a mil millones de católicos como malos. Las iglesias no solo son sus dirigentes y clero. Las iglesias son sus adherentes. Las masas humanas no son inherentemente malas.

El problema que tengo con la institución que dirige mi fe es sencillo. Mi iglesia se niega rotundamente a renovar su humanidad. Los cardenales, los obispos, el Papa; se aferran a una humanidad que simplemente ya no existe, creyendo que esto es testamento de su visión teológica. El ser humano no debe ser homosexual ni protegerse sexualmente. El clero debe ser casto.

Estas reglas son comprensibles en el contexto del momento en que fueron creadas. Estas reglas eran útiles en el momento de su creación. Nuestra población no esta ya en constante peligro de disminuir, y ya sabemos de donde vienen las enfermedades que nos azotan. Sostenerse estas ideas como parte central del dogma es una disminución de la labor eclesiástica de miles de hombres y mujeres a través de la historia.

Lo triste es que, en su fundamento, el catolicismo nace del enfrentamiento a las problemáticas contemporáneas. Nace como una respuesta a la plétora de visiones teológicas discordantes que abrumaban al cristianismo primitivo. No digo que la eliminación de las “herejías” cristianas primitivas sea un acto bueno o malo. Lo que quiero decir es que la iglesia de la época reconoció una problemática que necesitaba de trabajo en el presente. Necesitaba de la movilización de sus recursos intelectuales y espirituales (además de militares y económicos) para no desaparecer.

La diferencia de la iglesia presente para con aquella iglesia naciente es que hoy día la iglesia se conforma con invocar su historia como argumento de valor.

Esto no me es demasiado sorprendente, debido a la organización episcopal que sostiene al catolicismo. No tengo nada en contra de la organización “Papa-obispo-sacerdote”. Lo que si me molesta es la falta de renovación interna. Algunas de las personas más educadas, progresistas, buenas y trabajadoras que conozco son sacerdotes. También algunas de las más corruptas y manipuladoras. De rutina los segundos se encuentran en puestos mas elevados que los primeros.

¿Por qué sucede esto? Creo que, más allá de política interna, el problema yace en una falta de comprensión desde el punto de vista clerical. El sacerdote, desde su formación, esta muy alejado de la realidad humana a la cual debe servir. Desde ahí el joven clérigo, lleno de positivos ideales, se queda sumido en ese idealismo y no se enfrenta a la crudeza de la vida de su feligrés. Ahí queda entonces, inconsciente a la terrible responsabilidad que debería estar cargando.

No pido que nazca un cambio de la noche a la mañana en una institución que ronda los dos mil años. Lo que si pido es un reconocimiento de su propia historia. Un poquito menos Inquisición y un poquito más Rerum Novarum. Un acercamiento al fiel que la constituye. Un Vaticano III que reconozca que aunque el fiel es fiel, lo es más a Jesús que a la institución que lo representa. Una iglesia más preocupada por el cuerpo que carga el alma. Una iglesia que de manera universalista lleve un mensaje de justicia social, no solo en pedazos y en contradicción consigo misma. Una iglesia que se preocupe por mí como yo me preocupo por ella.

Quien sabe, talvez así logren que vaya mas a misa.

martes, 11 de septiembre de 2012

Las Dos Torres


Creo que es casi obligatorio pronunciarse el 11 de septiembre. Es una de esas cosas que ha perneado la conciencia colectiva del hombre y se ha transformado para acomodar todas nuestras teorías. Es un momento catastrófico, pero mutable, siendo lo que todos y cada uno quiere que sea. Es una conspiración para aquellos quienes más dudan de la “bondad” estadounidense. Es una justificación, para aquellos quienes desean armar guerra contra un mundo árabe ajeno a su voluntad. Es una tragedia para los que perdieron algún ser querido. Con cada año que pasa, todos estos puntos de vista se vuelven más y más verdad, quedando mezclados y entrelazados en el mito.


¿Qué paso el 11 de septiembre del 2001? ¿Que pasó en realidad? ¿Acaso sabremos firmemente quien es el villano tras nuestras salvajes ideas y teorías?


Yo no quiero saber. A mi no me interesa quien mando halar el gatillo. Esto es porque no importa quien haya sido. Que si estadounidenses, yihadi, sionistas o saudíes; es irrelevante. Es un buen momento para que todos se pongan de pie y acepten la culpa en grupo. Sí, es culpa de la cúpula de poder estadounidense, por meterse de manera constante y violenta en los asuntos del Medio Este. Es culpa de los extremistas musulmanes, quienes creen comprar el cielo con cadáveres. Sí, es culpa de los israelíes, por sostener la violencia y la intolerancia desde que les regalaron la tierra de otra gente. Sí, es culpa de saudíes, por prestar sus vastos recursos a una campaña de destrucción y muerte.


Es la culpa de todos y cada uno de ellos. Es el resultado de diez lustros de odio e intolerancia en la zona más volátil del planeta. Lo grande en verdad es que no hemos aprendido nada del suceso. Gringos y Yihadi aun se odian a muerte, aun tratan de determinar el destino del otro. El resto del mundo los mira silentes y rogando que este baile termine como en los tiempos en que los “malos” vivían en Moscú. Final por agotamiento.

Pues yo no quiero repetición de finales. No quiero que la paz llegue porque se dieron cuenta de los muertos en su pasado, de lo horrible de su baile. Quiero que mejor miren a su alrededor y se den cuenta los lideres de que sus gentes ya no creen en la razón de su lucha. Quiero que se vean solos y comprendan que la gente ya no baila ese tango que solo termina en ruina. ¿Cómo podemos asegurarnos de que así sea? El que al menos una vez haya leído este blog sabe por donde me estoy yendo.


Debemos ser entonces líderes en el ejemplo, mientras los líderes en la palabra se enfrascan en diatribas insensibles. No es necesario estar en Estados Unidos o en una nación Islamita, podemos dar ejemplo desde aquí, desde donde sea que estemos. Desamárrate del prejuicio contra tu vecino. Busca un estadounidense (si eres musulmán), o un musulmán (si eres estadounidense) y dale cariño. No, no le des cariño, dale amor. Enséñale que tú no eres una simple etiqueta. Que eres una persona igual que el o ella, y que tu corazón late igual de rápido cuando sientes.


Si no eres de ninguno de esos dos grupos; si, digamos, eres como yo, antillano, pues entonces busca a tu “contrario”. Busca al otro. Al que no te cae bien. Al que su raza o su religión o su costumbre te disgustan. Búscalo y se su amigo. Búscalo y dale la mano. Búscalo y cásate con el. Aprende que la gente es gente y es gente, no importa de donde vino o como llego donde está. Ayuda a que, a través del mundo, los que aun odian entiendan que no odiar es netamente posible.


En este día lo importante no es recodar que Estados Unidos se metió en Hiroshima o que el karma universal nos llega a todos. Este día lo importante es recordar que miles de personas murieron hace once años, por culpa de todos nosotros. Tuya y mía. Por ignorar el odio en los demás y no tratar de sanarlo.


Esforcémonos para hacerlo ahora.

lunes, 9 de julio de 2012

Un BBM para García


-klk
-klk manin
-ke tu hace?
-na, aki manso
-Oye, yo kiero ke tu me hagas un favr plz
-?
-yo necesito que tu me ayude con algo
-aja, dime
-loco tu puede pretarme el carro?
-pa ke?
-na, pa ir a buscar una vaina ahi
-aja, ke vaina?
-na loco, una vaina
-ok. no
-como asi?
-note puedo dar na si no me dice


La obediencia es una virtud. El ser humano con obediencia y orden logra separar lo necesario y lo innecesario de su vida. Cuando nos falta la obediencia y estamos ensimismados o enamorados de nuestra propia importancia, podemos dejar de ver lo que es la verdad. No hablo de obediencia a códigos ni a personas. Hablo de obediencia a la justicia. Obediencia a una ética desarrollada en el interior.

Lo que no es virtud es una obediencia ciega. Una respuesta afirmativa solo para aplacar el ego de una persona. Cuando un hombre o una mujer se rinden de esa manera a los designios de un otro, la obediencia deja de ser virtud y se vuelve debilidad. No importa que quien mande tenga buenas intenciones o designios. No importa que solo se haga para evitar un mal. No importa que se alegue ignorancia o incompetencia. Una persona debe siempre medir lo que se le pide contra su compás interior.

O es posible que no lo tenga. Que no haya un pequeño grillo actuando de consciencia. Es posible que esta persona se niegue a hacer lo correcto, solo por seguir la linea de algun superior o institución. Ley por encima de Justicia.

Pues yo digo que no debe ser. El ministro no debe seguir ciegamente al gobernante. Es su deber dudar, criticar y sospechar. Pues también este debe ser dudado, criticado y sospechado. El feligrés debe enfrentar a su pastor, investigar y rebuscar en su mensaje. No es ser rebelde "porque sí". Es tomar las riendas en las relaciones de poder que han sido la debilidad de nuestro estado durante toda la existencia nacional.

Es muy bueno que nos digamos que tenemos que trabajar; pero recuerden que no es solo el sudor de la frente lo que nos hará mejores como país. También es supervisar a nuestras figuras gobernantes. Es que la gente no solo obedezca, sino que valore. Que eduquemos a todo el dominicano, joven y viejo, negro y blanco, mujer y hombre, a poder hacer ese juicio de valor a lo que si debe ser juzgado; dejando atrás los gastados prejuicios.

No es solo seguir la instrucción al pie de la letra. Es poder decidir si eso está bien o mal.

Es dejar un poco al lado la ley y enfocarnos en la justicia.

miércoles, 27 de junio de 2012

El Evangelio según la vecina.






La religiosidad dominicana ha sido siempre un rejuego de altibajos. Desde presidentes sacerdotes y concordatos con dictaduras, hasta proselitismo multimedia. La religión, su comprensión y las ideas que se forman en la sociedad local han sido un aspecto primordial en la generación de una identidad dominicana. No solo catolicismo dogmático, sino protestantismo, vudú y todo tipo de sincretismos. Todas estas una parte fundamental de lo que es "ser dominicano".

Lo que si puedo decir con suma franqueza es que no se si todo esto ha sido para bien.

No me tomen a mal. Soy católico practicante hasta los limites que me permite una vida ajetreada de ciudad. Pero creo que existe un problema con nuestra religiosidad. Es, en verdad, un problema que existe con la religiosidad en todo el mundo. Pero mi blog no es de todo el mundo. Mi blog es de aquí. El problema es que vivimos una religiosidad excluyente. Una religiosidad que no admite crecimiento del individuo. Me explico.

La religiosidad local viene muy cargada de un aspecto racial. Fue, y para muchos, aun es, lo que nos "hace mejor" que los vecinos del otro lado de la frontera. Un "catolicismo puro" libre de toda mácula dogmática. Sin saber que gran parte de la creencia dominicana nace de la tradicion local. O sea, practicamos un catolicismo muy cargado de sincretismo. No digo que eso sea malo, en verdad no lo es. Es algo bueno. Lo que si es malo es pensar que se es mejor que el vecino por practicarlo.

En la modernidad, esto ha sido en gran parte reemplazado por el protestantismo que se afana en "eliminar tradiciones" y acogerse "solo a la biblia". El problema en ese caso es que una creencia libre de tradiciones es una creencia artificial, un trasplante de las necesidades centro-europeas del siglo XVI en medio del caribe contemporáneo. Al final, ambos grupos, católicos y protestantes, solo logran alienar al otro cada vez más, causando una ruptura no solo religiosa, sino social. Separando y causando enemistades improductivas en gentes que deberian trabajar juntas, no separadas.

Lo verdaderamente penoso es ver como solo se ponen de acuerdo ambos grupos en temas como el control migratorio y la intolerancia sexual. Temas tan improductivos como hipócritas. Improductivos porque la sociedad necesita educación, no más represión. Hipócritas porque todas las denominaciones se han hecho más poderosas y ricas con los inmigrantes. Sin hablar de que la intolerancia sexual es un chiste de mal gusto, con tantos casos (de parte de ambas denominaciones) de religiosos sexualmente abusivos.

¿Qué logra esto? Logra que, aunado a la eterna injusticia política dominicana, miles de nacionales y inmigrantes busquen "soluciones rápidas" religiosas. Honestamente, ¿ustedes han visto el atraco que es una iglesia Pare de Sufrir? ¿Con la desfachatez que le quitan el dinero a la gente? ¿Ustedes saben por qué la gente se deja? No se dejan por brutos; ni al bruto le roban así. Se dejan porque sus otras opciones solo le venden decepción e intransigencia. Se dejan porque el mensaje va ya digerido y dulce a sus bocas. No lleno de la velada amargura católica ni la soberbia fundamentalista protestante.

¿Es mala la religión? No, creo que no lo es. Se puede lograr mucho bien para el individuo con una firme creencia. Malo es cuando creemos que esa creencia nos hace mejores que los demás, cuando deja de estar al servicio de ese individuo. Si nota, hay muchas ideas entre comillas en este articulo. Es que en materia de religión, hay mucho que leer entre las letras. Para dejar entonces, las cosas claras, comprendan que Dios es de todos.

Dejen de creerse que solo ustedes lo conocen bien.

sábado, 9 de junio de 2012

Pa'lante con el viaje (sin mucha precaucion)

Tengo media hora peleando con este párrafo. No se imaginan (a menos que escriban también) lo difícil que puede ser empezar desde cero, sin idea de que presionar en el teclado. Me gustaría saltarme toda la introducción y empezar a escribir algo interesante, no unas lineas pendejas de quien soy y por que amo lo que hago. En realidad no se quien soy ni por que amo hablar. Puede que sea un escritor, un quejumbroso, un "carajo a la vela" que también quiere quejarse del trabajo que pasa (pase o no algún trabajo). Roberto. Proletario (sin prole). Estudiante (que apenas estudia). Hijo (Único). Nerdo (Con novia). Ya, con eso es bastante de mi por ahora.

Yo
De lo que en realidad quiero hablar no es tanto de mi. Quiero hablar de la experiencia que vivo, de lo que veo, de lo que me anima a soltar los videojuegos y los comics y fajarme a escribir.

Quiero desahogarme.

Quiero hablar claro, quiero intentar entender lo que pasa. Darle un toquecito de filosofía y dos o tres caprichos de artista. Quiero hablar de República Dominicana, del Caribe, del mundo entero. Quiero soltar las dudas y poner a dudar.

Soltar la lengua es fácil. Pensar es difícil. Reconocer que es posible que mis ideas no tengan fundamento, verdad o gracia lo es aun más. Pero 'no me agacho' como dicen aquí. Esta primera entrada, básicamente hablándome a mi mismo, me da un miedo del carajo.

Pero na', que hablando es que nos entendemos.

Humor de hoy: Nervioso