lunes, 9 de julio de 2012

Un BBM para García


-klk
-klk manin
-ke tu hace?
-na, aki manso
-Oye, yo kiero ke tu me hagas un favr plz
-?
-yo necesito que tu me ayude con algo
-aja, dime
-loco tu puede pretarme el carro?
-pa ke?
-na, pa ir a buscar una vaina ahi
-aja, ke vaina?
-na loco, una vaina
-ok. no
-como asi?
-note puedo dar na si no me dice


La obediencia es una virtud. El ser humano con obediencia y orden logra separar lo necesario y lo innecesario de su vida. Cuando nos falta la obediencia y estamos ensimismados o enamorados de nuestra propia importancia, podemos dejar de ver lo que es la verdad. No hablo de obediencia a códigos ni a personas. Hablo de obediencia a la justicia. Obediencia a una ética desarrollada en el interior.

Lo que no es virtud es una obediencia ciega. Una respuesta afirmativa solo para aplacar el ego de una persona. Cuando un hombre o una mujer se rinden de esa manera a los designios de un otro, la obediencia deja de ser virtud y se vuelve debilidad. No importa que quien mande tenga buenas intenciones o designios. No importa que solo se haga para evitar un mal. No importa que se alegue ignorancia o incompetencia. Una persona debe siempre medir lo que se le pide contra su compás interior.

O es posible que no lo tenga. Que no haya un pequeño grillo actuando de consciencia. Es posible que esta persona se niegue a hacer lo correcto, solo por seguir la linea de algun superior o institución. Ley por encima de Justicia.

Pues yo digo que no debe ser. El ministro no debe seguir ciegamente al gobernante. Es su deber dudar, criticar y sospechar. Pues también este debe ser dudado, criticado y sospechado. El feligrés debe enfrentar a su pastor, investigar y rebuscar en su mensaje. No es ser rebelde "porque sí". Es tomar las riendas en las relaciones de poder que han sido la debilidad de nuestro estado durante toda la existencia nacional.

Es muy bueno que nos digamos que tenemos que trabajar; pero recuerden que no es solo el sudor de la frente lo que nos hará mejores como país. También es supervisar a nuestras figuras gobernantes. Es que la gente no solo obedezca, sino que valore. Que eduquemos a todo el dominicano, joven y viejo, negro y blanco, mujer y hombre, a poder hacer ese juicio de valor a lo que si debe ser juzgado; dejando atrás los gastados prejuicios.

No es solo seguir la instrucción al pie de la letra. Es poder decidir si eso está bien o mal.

Es dejar un poco al lado la ley y enfocarnos en la justicia.

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