sábado, 23 de junio de 2012

¿Por qué acusamos al negro y lo seguiremos acusando?

Hoy mi buen amigo Diego Giron Chalas me indico que leyera un articulo de opinión en la versión digital del periódico El Caribe, escrito por un caballero llamado Felipe Auffant Najri. En susodicho articulo, el cual pueden ver aquí, el señor Auffant explica con lujo de detalles el porqué la "migración de pobres extranjeros" es la mayor causa de la pobreza sostenida de la República Dominicana. No una razón secundaria o un efecto de arrastre dadas las condiciones de ambos países, sino la primera y más relevante razón de nuestra condición tercermundista.

Quiero, sin inflamar mucho mi propio comentario, llevarlos a la Alemania de los años veinte y treinta, donde la mala economía, destrozada en la pos-guerra, se le atribuyó a un grupo muy parecido al grupo haitiano que acusa este caballero. Si argumentan ustedes que los judíos se parecen poco a los haitianos, el parecido radica en su posición como "extranjero indeseable". Vilipendiar a grupos étnicos es una de las maneras más sencillas de intentar lograr unidad económica nacional, aun cuando esos grupos étnicos son pare del motor que impulsa la economía de un país.

Utilizaré el mismo ejemplo que mi hermano Girón (el cual aparece velado en el articulo del señor Auffant) la economía norteamericana del sur de los Estados Unidos funcionaba exclusivamente gracias a la participación forzosa de esclavos negros. Estos eran el estrato más pobre, más extenso y constituido por una población que se consideraba a si misma como extranjera. Esta gente le produjo tanta riqueza al sur que cuando el gobierno federal los trato de liberar de la esclavitud se formo una guerra civil cruel y salvaje, la cual ha marcado a los Estado Unidos desde ese entonces.

Es cierto que la prevalencia de la mano de obra esclava y la falta de automatización que esta generaba fuera un punto decisivo en las hostilidades entre norte y sur. Lo que ningún historiador que se respete te dirá es que esto haya sido culpa de los esclavos. Que la clase dominante en la República Dominicana prefiera darle trabajo a haitianos pobres, sometiéndolos a horarios inhumanos y un trato casi esclavista no es culpa del haitiano. Esa clase dominante gana muchísimo mas dinero por contratar estos trabajadores, contra los cuales el estado se resiste a darles las condiciones más básicas de vida, como educación o seguridad médica.

Eso es sin contar el hecho de que para trabajar aquí hay que vivir aquí, comer aquí, pagar aquí y gastar aquí. No importa cuanta remesa se envíe hacia Haití, la enorme población de haitianos residentes es una parte integra de la economía nacional, reconocido por el hecho de que ya existe mercadeo exclusivamente en creole. ¿O creen acaso que los países se forman por migraciones ricas? Estados Unidos. China. Reino Unido. Son potencias por consolidar a sus diversos y variados grupos étnicos bajo una sola visión nacional, aunque haya sido logrado bajo métodos cuestionables en varias ocasiones.

No tengo que entrar en números de economistas ni en las visiones sesgadas de un caballero hijo de inmigrantes pudientes para entender que el articulo del señor Auffant es de corte fascista. Acusar a un grupo humano cuyo único deseo es trabajar es un delito cometido por las más viles dictaduras y despotismos en la historia. Que una persona dominicana contemporánea se reduzca a tales arranques de intolerancia disfrazada de compasión me llena de terror. Más aun me aterroriza que un periódico de publicación nacional se indigne a publicarle. Además de que, para aceptar de lleno que el haitiano es un mal para la República Dominicana, habría también que aceptar que el dominicano es un mal para Estados Unidos, España, o cualquier otra nación donde pisa suelo. 

Esto es síntoma de una baja autoestima a nivel histórico. La cual no sorprende, después de décadas
de abuso, autoritarismo y dictadura de todo tipo de corte. Déjenme asegurarles que los dominicanos no somos pobres por tener de vecinos a los haitianos. Los dominicanos somos pobres porque elegimos horribles gobernantes, quienes nos mantienen pobres, enfermos y brutos para que los sigamos eligiendo. Cuando estamos en la cúspide de descubrirlos en su farsa, nos venden la idea de que "debe de ser culpa de los negros, nunca pero nunca confíes en un negro".

Me apena que adultos dizque educados hagan comentarios que están desfasados desde la caída de la Alemania Nazi. Me apena tener que escucharlos y me apena tener que responderlos. ¿Quieren saber cuándo dejaremos de ser pobres? Cuando dejemos de acusar a nuestros vecinos de nuestros problemas, y pongamos manos a la obra a trabajar. Cuando dejemos de acusar a los nuestros y los aceptemos como hermanos.

viernes, 22 de junio de 2012

Exiliados Emocionales


" No he venido a entretener a mi pueblo. No. Yo no soy artista. No quiero aplausos. Oíd bien. He venido aquí porque yo no creo en el exilio voluntario. He venido porque en mi patria, esclava, como está hoy, es donde está mi deber y nadie debe rehuir de la madre enferma y lisiada, porque es entonces cuando más necesita del amor de sus hijos."

Pedro Albizu Campos

Cuando don Pedro dijo eso acababa de salir de estar preso. En vez de huir a alguna parte donde estuviera seguro, se quedo en su país a seguir la labor por la cual había caído preso. El exilio voluntario es desde hace mucho tiempo, una herramienta del que piensa para poder pensar tranquilo, sin el riesgo de muerte o encarcelamiento. Muchas veces no hay más remedio que irse a otra tierra a abogar por la propia. Llevar la voz a oídos que si respondan a la plegaria. Llevado a un plano mas mundano, podríamos decir que existe también un "exilio emocional", donde la criatura humana se extrae a si misma de su entorno social para poder vivir una vida mas tranquila.

El exilio voluntario puede engendrar frutos, pero también alienación si no se maneja con concentración y honestidad. De la misma manera, el exilio emocional puede traer claridad, pero en este caso, donde radica la diferencia, es en que generalmente trae indiferencia. La indiferencia de aquel que se ha rendido en sus intentos de ser escuchado.

"Yo no me quejo del precio de la gasolina, porque como quiera la tengo que echar", dice el exiliado emocional. "Yo votaría por X candidato, pero no lo haré, ya que como quiera al final va a ganar el que está" repite, con voz de sabio para que los demás compartan sus ideas como verdad. El exiliado emocional es claro en sus intenciones: Sostener la inercia del estatus quo, convencido de que aquí no hay nada que hacer.

Pero, al igual que don Pedro, hay que darse cuenta de que cuando más nos necesita el país es cuando más problemas tiene. No estoy diciendo que no se vaya quien desea un mejor futuro. Ese es el derecho de cada hombre y mujer en el planeta. Lo que digo es que permitir el abuso sin algún tipo de resistencia es casi lo mismo que estar a su favor. Muchos de los que se van se mantienen bien al tanto de los ires y venires de su nación, intentando ayudar con sus magros recursos. El exiliado emocional, quédese o váyase, se substrae de la discusión, argumentando estar por encima de ella, religiosidad, desinterés o simple aburrimiento.

Cada quien tiene derecho a llevar su vida como desea, mientras no este haciendo daño a nadie. Mi pregunta es: ¿Cuánto daño le está haciendo a su pueblo y a si mismo una persona que no se interesa en su sociedad? Una persona que ve un crimen ser cometido y no levanta su voz en defensa de la víctima es vista con desprecio. Entonces, cuando ocurre el supremo crimen del abuso, la inercia, la opresión y el maltrato de los derechos del pueblo, ¿no están acaso todos obligados a alzar la voz en protesta?

Ya lo dijo don Pedro. No es cosa de deseo personal ni interés. Atender a la madre lisiada es cosa de AMOR. No amor por los simbolos ni lo intangible, sino amor por la tierra y su gente. Un amor que debe ser cultivado, no sea que en su ausencia sea reemplazado. No solo por el odio, sino por la indiferencia. Practique este amor. Quéjese. Denuncie. Manténgase firme y desafiante ante el abuso y sepa en su corazón que usted no es el único, que todos estamos llamados a hacer un esfuerzo por mejorar nuestras vidas.


Porque no es por entretenimiento, ni por llamar la atención. Es porque nuestra madre muere.

jueves, 21 de junio de 2012

Intermedio Musical


No se si alguien lo sabe, pero yo soy mitad puertorriqueño. Nací en Bayamon, Puerto Rico, de padre dominicano y madre boricua. Esto, ademas de traerme algunas peleas durante mis años escolares, me ha dado una perspectiva algo diferente a la encontrada por la mayoria aquí. La perspectiva es importante en cualquier discusión, mayor aun cuando la discusión toma carácter nacional, social o político.

La mayoría de nosotros toma nuestra posición en cualquier tema como la verdad absoluta. Eso es natural, cada quien tiene (comúnmente) una buena opinión de si mismo. Lo que es peligroso es quedar ahí, inamovible. El mejor ejercicio para evitar esto es ver la verdad del otro.

Mi caso personal se presta bien para el ejemplo. Si hago el esfuerzo, puedo ver con diferente luz la realidad de ambos mis países. En Dominicana, mucha gente critica y desprecia al inmigrante haitiano. Lo mismo le pasa a muchos dominicanos en Puerto Rico. Reclamar los derechos en una tierra mientras se coartan en la propia es vivir en hipocresía. En Puerto Rico muchos ven la independencia como un paso económico hacia atrás. En Dominicana al menos existe la cultura del aprecio a la libertad en si, aun si no la podemos practicar al cien por ciento. Al poder observar la opinión y la realidad del otro, puedo expandir mi horizonte.

Debemos practicar este ejercicio con frecuencia, ya que la mayoría de nosotros vivimos en sociedad, y también nos preocupamos por esta. El inmigrante toma trabajos que podrían ser del nativo, pero el inmigrante consume y forma parte de la economía. En un muchos países hay corrupción, pero observen como en gran parte de ellos al corrupto se le persigue. Al aprender del vecino, nos hacemos mejores.

Brindaré un ejemplo presente. A República Dominicana viene Residente Calle 13 este fin de semana a cantar. En este y muchos otros países existe una gran identificación con su mensaje, inconforme y latinoamericanista. En mi Puerto Rico enfrenta graves criticas de varios grupos, no solo limitados a estadistas o conservadores, ya que se le ve en muchas ocasiones mas preocupado por la unidad latinoamericana que por la condición de su país. Pero no ven que la preocupación continental del autor es por un despertar en su interés por su cultura latina. Alejándose de la visión centrada en norteamérica que se promueve en Puerto Rico desde 1898. Este interés le brinda una perspectiva más abierta a las sensibilidades locales de cada país donde viaje, a sus dificultades y situaciones. Llevando el ejercicio a su finalidad práctica, puede Calle 13 entonces aplicar este acercamiento cultural a su relación con Puerto Rico. En conclusión, al hacerse más "del mundo" y menos "de Puerto Rico", puede comprender mejor como funciona, y podría funcionar, su país.

Esta manera de pensar, tristemente, no es muy popular entre nuestros gobernantes, quienes tienden con demasiada facilidad a excluir a todo el que presente algún germen de pensamiento intercultural. Como exaltan los valores patrios en los momentos en que deberíamos mostrar mayor acercamiento a nuestros vecinos. En Puerto Rico y en República Dominicana, puedo decir por experiencia propia, glorifican lo "nuestro", pero se limitan a lo simple y lo material. Glorifican la efigie de Duarte, pero sin estudiar las ideas de este, ni reconociendo su vigencia. Veneran a Albizu Campos, pero sin escuchar jamás su voz, ignorando su mensaje

Así que, póngase en los zapatos del vecino de vez en cuando. Es posible que este de mal humor porque su hijo esté enfermo. Expanda ese circulo y póngase en los zapatos del inmigrante, que solo busca darle de comer a su familia con trabajo. Expanda una vez más, y póngase en los zapatos de las naciones, que solo buscan la realización de sus gentes sin que les digan que hacer.

Expanda otra vez y llegue a si mismo. Es posible que ahora se entienda un poco mejor.

martes, 19 de junio de 2012

Madres de la Patria


Yo no se como la mujer lo hace.

Se levanta a las cuatro y media. Prepara desayunos y almuerzos. Limpia. Lava. Viste a sus hijos. Sale a la calle. Trabaja. Suda. Sangra. Pelea. Se defiende lo mejor que puede. Vuelve a su hogar adolorida. Atiende hijos. Ayuda a vecinos. Termina a las doce. Comienza el ciclo una vez más. Todo eso lo hace y encima estudia. Progresa. Elige. Costea. Reparte. Cría. Atrae.

Vive.

Y no una vida fácil. Sale a la calle y le dicen todo tipo de groserías y vulgaridades, con la esperanza de que abra las piernas. Al hacerlo es puta y al no, 'privona'. Le escrutinan toda su ropa, su rostro, su figura, como a un animal de zoológico. Le piden que participe en la sociedad, pero abajo, en el fondo, donde la luz no llega y el voto es nulo, sin representación proporcional en ninguna oficina del gobierno. Es el 70% de los estudiantes superiores y el 70% de los jefes de hogar y de alguna manera aun la ven como criatura de cocina. Es cegadora su belleza e indispensable su intelecto. Pero aun así las matamos como se mata un perro vira lata, por alguna pequeñez.

¿Será nuestra pequeñez la que nos hace matarla? ¿Inculto, pobre y bruto es el asesino predilecto? Todos los marcadores indican que esto es lo cierto. Pero hay algo más. No puedo solo acusar a una falta de educación. Conozco misántropos chovinistas con una escolaridad impecable. Es también la mítica herencia del super macho. La fantasía de poder de una hembra abnegada a tu servicio. El legado histórico humano de quinientos años de autoritarismo a todos los niveles, incluyendo el familiar. Es ese dejo infantil que nos hace creer superiores a ella. Olvidando que le debes la vida, no solo porque sea tu madre.

Suena a que somos aun niños cuando ella ya es adulta. La mujer dominicana se perfila a ser un ente contemporáneo. Siguiendo el modelo occidental con las restricciones aplicadas al vivir en el tercer mundo. No comento de si eso es bueno o malo, solo que nos caería bien aprender de ella. Al fin y al cabo, con poca oportunidad económica y el estigma social de nacer sin pene, ha logrado ser el futuro profesional de la nación. Imaginen lo que lograran si dejáramos de tratarlas como basura.

Y no, no soy feminista. Solo creo que la igualdad de género promete más que cualquier otro plan nacional. Más que cualquier otro porque hacer valer el derecho de la mitad de la población es un paso lógico y justo. ¿No se crea un mejor país añadiéndole voces? La igualdad de género llevaría a la igualdad racial, y de ahí a la de clases. Ayudaría a borrar el horrible condicionamiento que ha sufrido a nuestras manos durante siglos.

Pero no quiero excederme. El punto es que no se como lo hace. Violencia en su contra. Cero representación. Siglos de condicionamiento para hacerla creerse accesorio. Todo esto y aun así funciona. Pobre, con hijos que no sabe todavía cuidar. Convencida de que necesita un hombre que la mantenga. Se sobrepone y renace con rostro duro y temperamento esforzado. Acusada y vilipendiada por su compañero, perdona infinidad de veces e infinidad de veces nos da la vida.

Mujer dominicana, te celebro. Espero algún día merecerte.

Orgullo y Prejuicio

Mi novia es una mujer brillante. Se que no es parte de la temática común que he cultivado hasta ahora, pero debo decirlo, ya que en verdad lo es. Es una morena preciosa que me alegra la vida. Así que, cuando le pedí que me diera una idea de que escribir hoy, no lo pensó dos segundos antes de sugerirme "Orgullo y Prejuicio".

Obvio, ella me habla de su novela favorita, el clásico de Jane Austen. Pero, como casi siempre pasa, el titulo me impactó de una manera más aparente y me puso a pensar. Del prejuicio ya he hablado. Y aunque nunca pesa reiterar posturas en contra del prejuicio, fue más la otra partícula la que me intrigó. Orgullo es un termino de fácil uso en nuestro idioma. Orgullo dominicano es muchísimas cosas para mucha gente diferente. Me siento inclinado a polemizar: ¿Qué es el orgullo dominicano?

El orgullo es un sentimiento muy particular. Es, por encima de cualquier otro, el cual permite manejar más fácilmente a una persona contra su juicio sosegado. Un orgullo enardecido por el nuevo nacionalismo del siglo XVIII fue lo que sostuvo las monarquías europeas durante siglo y medio hasta mediados del XX. El orgullo es el motor que impulsa a las masas a aceptar a las cuales no daría cabida en situaciones normales.

Lo que quiero decir es: ¿Cómo se puede generar un amor saludable por lo propio (en este contexto el país y su cultura) sin terminar en los excesos del orgullo?

Mi mente perfila instantáneamente hacia una educación ecuánime y con apego al hecho histórico. Esto creo que es un punto bastante fino que hay que enfatizar. No es solo dar una educación completa, es realizar una revisión de toda nuestra verdad histórica. De nada vale que lanzemos dinero a una empresa tan necesaria si persistimos en nuestra visión presente de las cosas. Es alterar ochenta años de intelectualidad de élite y nacionalismo trujillista vendiéndote como superior al haitiano e inferior al español.

Hagámonos entender que no estamos debajo de nadie, pero tampoco somos mejores que nadie. La condición económica o política de un país no es un marcador de la bondad de un ser humano. Nada lo es. El bien del hombre nace individualmente o del esfuerzo del grupo, no de algún factor racial o pseudohistórico que le da un valor cuasi-divino. El devenir es para el hombre,no para las naciones. Pero aun hay quienes te tratan de vender, por ejemplo, que la separación/independencia de este país fue un acto de providencia tanto o más que de política.

A la vez hay que pelear con ese espectro del balaguerismo que se aferra y devalúa cada cosa de la dominicanidad. Ese mismo balaguerismo que igualaba invertir en este país a sembrar cardillo. Ese pesimismo preponderante, que solo admite logro alguno en el ámbito de los jugadores de baseball o las nalgas de las mujeres. Hay que hacer entender que esta es una tierra llena de gente buena e importante. . . solo que generalmente no es la que te venden como tal.

 Trujillismo y balaguerismo aun en el inconsciente del dominicano, jugando con sus sentimientos. Llevándote hasta un nacionalismo bordando en lo fascista o a un pesimismo debilitante. Ambos vuelven al dominicano víctima de sus propios miedos y debilidades. Dominicano, tu tierra vale algo. Es bella y es buena. ¿Es la mejor del mundo? ¿A quién le importa en realidad? Con que sea tuya debes estar feliz. ¿Tu historia está llena de criminales? También lo está de grandes hombres y mujeres. Hombres y mujeres de varias nacionalidades que hicieron a este un país igual que todos los otros. No el mejor ni el más glorioso. Ese país no existe.

El que sí existe es República Dominicana. Bueno y malo, rico y pobre. Amarlo, criticarlo, mejorarlo, sí, pero hacerlo sin orgullo ni prejuicio.

Mi novia en verdad es brillante . . .

sábado, 16 de junio de 2012

Raza Inmoral

Esto sera bien breve, no pienso escribir mucho, porque me encuentro un insulto expandir sobre algo que es muy sencillo.

Creo que en este siglo XXI, deberíamos al menos poder quejarnos sin que un cabrón policía nos pegue un tiro. Disculpen mi lenguaje, de verdad me disculpo, pero me parece inaudito que a estas alturas de juego un dominicano no pueda salirse del estatus quo sin que su estado intente matarlo.

Tanta mierda que habla este gobierno de resguardar las libertades sociales para después resultar que es solo en teoría. No solo eso, sino que se enfrasca en discusiones improductivas con la oposición. ¿Protegiendo que? ¿Su dignidad? ¿No seria mejor proteger la vida de los dominicanos?

Entiendan que la policía es un representante del estado. La policía es EL representante del estado, ya que es el que mas se relaciona con el pueblo. Así que tratar de rehuir de la responsabilidad de estas muertes de Salcedo es una bofetada en la cara a la dignidad del pueblo dominicano.

El gobierno Fernandez se altera cuando le llaman neo-dictadura, pero, carajo, ¿en que otro tipo de estado se violan tan impunemente los derechos de los ciudadanos? ¿Es necesario que mueran cuatro docenas de dominicanos para que nos demos cuenta? ¿Cuatrocientos? Trujillo hacia exactamente lo mismo, con la misma velada hipocresía. ¿Por qué debemos juzgar diferente ahora?



La sangre de una sola persona es suficiente. Dominicanos, desen cuenta que esto no es algo que se debe olvidar. No lo borren. Recuerden que su país los mató un día con impunidad. No hace 50 años. No hace 25. Los mató hoy.




Nunca lo olviden.

viernes, 15 de junio de 2012

La face cachée de la République Dominicaine

Acabo de llegar al Cibao, después de un viajecito de casi tres horas manejando desde Santo Domingo. Es un camino arduo para el chofer, lleno de tramos oscuros y un trafico a veces escaso, a veces caótico. Cada kilómetro presenta una cara de la república. Extensiones vacías marcadas por algunos parajes olvidados. El ahogo de la capital dando paso a un Cibao aun sorprendentemente virgen. Este Cibao virgen fue mi hogar 10 años, regalándome su voz, su franqueza y su sencillez; regalos exótico para un niño que llegaba de pasar su años mozos en San Juan de Puerto Rico.

Ese Cibao, esa cara oculta de la República Dominicana, es ahora mi refugio en momentos de duda, es mi bálsamo para calmar la mente. Cada vez que las carreteras pegajosas de Santo Domingo intentan volverme loco, la brisa suave del Cibao me devuelve la verdad a las sienes. Este Cibao, que parece no cambiar nunca, solo maquillar su belleza.

Pero esa eternidad, esa inmutabilidad esconde un pesar.

El Cibao se ve igual porque está igual. Santiago, La Vega, Moca, Puerto Plata, Bonao. Atrapadas en el tiempo. La energía vital tan alocada de Santo Domingo viene invariablemente de la sangre de esta región. El Cibaeño huye de su hogar buscando vida para si y su familia, víctima de una muerte lenta que el capitaleño no percibe. No es su culpa. Le es imposible percibir cualquier cosa cuando su "experiencia nacional" no sobrepasa las fronteras de su ciudad.

Déjeme asegurarles, queridos capitaleños, la tierra que les da comida se desmorona bajo el peso del olvido. La tierra sigue estando ahí. Sus campos están ahí. Pero su gente, su espíritu se desvanece. Estoy sentado en casa de un amigo, una fiesta tocando bachata a lo lejos. Las calles parecen llenas de gente buscando una fiesta para olvidare que de día el trabajo está duro, y que parece nunca aflojará. Buscando circo cuando el pan es escaso.

Claro, su estado se esfuerza en dejarlo atrás. Santo Domingo acapara los recursos del país. El afán eterno de algún iluso de volverla una Nueva York antillana. La cara visible al mundo es una amalgama de gentes, fuerzas y personalidades explosiva, pero lo es a costa de la cara oculta.. El Cibao, para no mencionar el sur y el este, es esta cara oculta. Una cara oculta que gustaría ser recordada en otro momento que no sea en carnaval. Una cara oculta que es algo más que tabaco y mujeres bellas. Una cara oculta que espera la dejen volver a sonreír