viernes, 9 de noviembre de 2012

La Nación de los Perros


Cuando me senté a escribir hoy, no sabía por donde empezar. Empecé queriendo escribir malas palabras a granel, herido por las incesantes e innecesarias medidas del gobierno. Deje la computadora encendida un rato, a ver si me llegaba algo a la mente que no fuera ‘carajo’ o ‘mierda’, pero no llegó. Mi mente se quedó en la ira durante toda la mañana. Aun esta ahí, dando vueltas en mi cabeza. Y no es para menos.

La policía mató a un estudiante. Quiero que piensen en eso un rato. A una familia le quitaron su hijo, a una comunidad le quitaron un medico. ¿Y por que? ¿Porque le tiro una piedra a un policía? Díganlo en voz alta, para que comprendan el absurdo, para que vean lo irreal que parece al salir de la boca. A un joven lo mataron porque se puso una capucha y nos tiró una pedra’.

Y encima hay quienes se atreven a insinuar que eso es comprensible. Que ‘existen otros medios’ o que ‘no hace falta el comportamiento criminal’. ¿Cómo diablos vamos a encontrar otros medios si el mismo estado que nos asesina pasa decretos para penalizar a los medios e individuos que ‘difamen’? O sea, pasan leyes para evitar que la gente hable. Para evitar que uno diga “Leonel es un narco” o “Félix Bautista es un hijo de las mil putas”.

Y es que, aunque comprar votos y aliados a diestra y siniestra les ha traído el poder a los mafiosos que nos gobiernan, no les ha traído la legitimidad. No son legítimos porque, al sacar cuentas, no nos queda otra cosa más que reconocerles como lo que son: un nido de déspotas, una escuela de dictadores.

No, ni tan siquiera, porque los dictadores se pronuncian una y otra vez a favor de sus crímenes. Danilo Medina, por otra parte, se esconde tras las faldas del Cardenal. No ha hablado nada. Déjenme poner eso en mayúsculas para que parezca que lo grito: DANILO MEDINA AUN NO DICE NADA. Margarita, que cuando era primera dama hablaba más que una cacatúa, hoy esta calladita. Nuestros supuestos representantes en el ejecutivo se sientan y dejan que su país se derrumbe y ni siquiera se dignan a defender su posición.

No la defienden, claro está, porque es indefendible. Un paquetazo tributario de proporciones colosales, cuyo diseño solo apunta a la más triste de las verdades. Leonel gastó tanto, robó tanto y sus secuaces dejaron la alacena tan vacía, que ni los más inflados préstamos pueden cubrir su desmadre. Se va con su sonrisita de morfinómano y deja a la incompetente de su mujer supervisando el desastre.

Subirnos todos los impuestos, crearnos impuestos nuevos. Ponernos a pagar hasta por ahorrar nuestro dinero. Todo para cubrir los gastos de un manojo de inservibles y corruptos peledeistas de cúpula. Cuando las caravanas de cincuenta yipetas cubiertas en amarillo y morado cruzaban las calles del polígono central, cuando bailarinas de culo fabricado bebían Moet a ‘pico’e botella’,  ¿de donde salía el dinero? La respuesta es que ni siquiera lo tenían. La respuesta es que estamos enfrentando un impuesto para pagar la gasolina, los culos y el champaña que ya se han tragado estos canallas.

Así que, ¿Cómo podremos salir de esta? Parece imposible. Nos quitan el derecho a quejarnos. Nos matan si nos manifestamos. Nos imponen leyes dracónicas para cada vez hacer nuestra vida un poco mas pequeña, un poco más desprovista de humanidad. He pensado mucho y no veo un camino de paz que nos libre de estos asesinos. No veo la paz con ellos, pero si veo el enfrentamiento.

Lo primero es que tenemos que dejar de respetarlos como personas. A nosotros no nos respetan. Nos tratan como basura y encima se espera de nosotros que mantengamos un nivel de decoro y deferencia apropiado para líderes. Pues yo digo que no. Yo digo que si Danilo Medina se sigue comportando como una mierda, mierda le voy a llamar. Si no saben como empezar, o la vergüenza les detiene la lengua, pueden empezar diciendo, por ejemplo: “Señor presidente, usted, su gabinete, su senado mandado a comprar y su cámara de diputados llena de culebras son un montón de mierda”.

Lo segundo es que, los que tenemos el lujo de haber sido educados de manera cívica y con conciencia histórica tenemos el deber de rebelar y de revelar. Rebelar nuestra voluntad en contra de un gobierno vil y bajo; y revelar esta vileza y bajeza a aquellos que más propensos están a los abusos del mismo. Tenemos el deber de entrar en los barrios, hablar con la gente (no la que está de acuerdo, sino la que no sabe lo que pasa) y encender en ellos la llama del respeto propio. Tenemos el deber de levantarnos y quejarnos, caer presos, romper cosas. Ser desobedientes ante la dictadura mafiosa que nos rige. No darles un centavo y mentarles la madre cuando nos pregunten por que.

Hoy se levantó una madre, habiendo perdido a su hijo. Ahogada con los precios contra los cuales su hijo protestó, e incapaz de denunciar a los asesinos de su hijo. Pablo Escobar trataba bien a las personas que lo hacían rico. Rafael Trujillo fomentaba un semblante de nacionalismo para esconder lo abominable de su dictadura. Que estos criminales comprendan que hasta los peores intentaban congraciarse con sus victimas.

Que nosotros nos demos cuenta que nuestro gobierno podría aprender civismo hasta de los más aberrantes criminales de la historia. Que nos demos cuenta que si nos siguen tratando como perros, no nos queda más que una sola opción.

Morderlos.