domingo, 10 de junio de 2012

Ser humano en un mundo lleno de gente

Esto va a sonar mal, pero yo quiero en verdad ser uno mas del montón. Con eso no quiero decir que yo desee ser poca cosa, o que me falte deseo de superación. Lo que quiero decir es que quiero ser un ser humano. Quiero ser empático. Quiero entender a la humanidad que me rodea y dudo que lo logre separándome de ella. A lo que quiero llegar sin demasiado rodeo es que tenemos, como grupo, una falta de comprensión por nuestros vecinos. No quiero andar culpando a la economía ni a la política en esto; aunque las dos ayudan a separarnos. Me quiero enfocar en algo mas básico, algo que es posible no veamos de primera mano.


¿Creemos en la igualdad?


Uno responde eso bastante rápido que sí, pero muchas veces nuestra idea de igualdad viene agarradita de manos de un sin numero de prejuicios. Prejuicios a la raza, al genero, a la sexualidad, al credo, a la clase o hasta a la apariencia de una persona. Es algo muy común. ¿Quien no ha intentado rebasar a un chofer en la calle porque lo vio mujer? ¿Acaso no se ha revisado nunca la cartera al ver a una persona negra o mal vestida caminando cerca de usted?


Son esos actos que delatan nuestra verdadera manera de pensar. Somos liberales hasta donde nos conviene. ¿Aceptas a los homosexuales? ¿Lo aceptarías igual si te sale un hijo gay? Yo trabajo sirviendo a gente. Acepto que yo mismo cometo el crimen cuando me frustro con una persona y en lo primero que pienso es en su raza. Pensando que por que la critica va a uno dominicano no es tan grave como que si fuera a un mexicano o un hondureño.

Simplemente una persona
Creo que esto es lo que mi profesor Pablo Mella tanto trato de meternos en la cabeza. La inclusión de las personas dentro de la sociedad no puede ser a medias tintas. Necesitamos crear un compromiso humano. Comprender que no es aceptar a las personas hasta el punto en que queramos. No es decirse amante de lo taino y renegar de lo haitiano. Es entender que nos guste o no una persona, la tenemos que tratar con la misma dignidad que todos los demás. Es aceptar que esta muchacha de la izquierda, que tal vez anda con sus tres hijitos al brazo pidiendo en el semáforo es tan digna y merecedora de sus derechos como el billonario mas reciente en la portada de Forbes (Y pensando en como se consiguen fortunas así, es posible que lo sea más).

Decimos creer en la igualdad, pues actuemos en igualdad a todos los niveles, no solo en nuestros ideales. Nombren mujeres en la mitad de los ministerios del estado. Sientense a conversar con su 'guachi'. Sean vistos en la calle hablando con homosexuales. Donen dinero a Haiti, pero mejor aun, tengan un amigo haitiano. Les prometo que no les pasara nada malo.

Creo que al menos a mi me hará bien el ejercicio. Adentrarme en el montón, siendo estos los muchos y no los malos. Comprender que cualquier logro no me hace 'sobresalir', sino ser aun mas parte del engranaje social, de la cultura humana. Dejar de pensar que la gente es inferior a la media. Dejar de insertar etiquetas en la piel, en la mente y en los genitales de la gente. O, por lo menos, dejar pasar a la señora del carro del frente, que lo mas posible es que tiene que llegar a su casa.

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